El liderazgo está cambiando (y tú también deberías)

Durante décadas, el liderazgo ha sido erróneamente asociado con carisma, influencia personal o incluso poder coercitivo. Sin embargo, el liderazgo auténtico, el que realmente transforma culturas y construye legados perdurables, trasciende la mera capacidad de ser seguido. Se trata, fundamentalmente, de cultivar en otros la habilidad de liderar por sí mismos.

Vivimos en una época donde el modelo de liderazgo jerárquico y unidireccional ha perdido su relevancia. El mundo actual exige líderes que sean capaces de formar a otros líderes, que fomenten la autonomía, el pensamiento crítico, la colaboración genuina y una visión estratégica a largo plazo. Como bien expresó John C. Maxwell:

El liderazgo no se reduce a títulos, cargos o diagramas organizacionales. Se trata de una vida que influye positivamente en otras vidas.”

Es importante mencionar que esta influencia no se mide por el número de seguidores, sino por la cantidad de líderes que has logrado desarrollar y empoderar.

Educar la mente y el corazón: Es la esencia del liderazgo humano

Educar la mente sin educar el corazón no es educar en absoluto.” — Aristóteles

Esta reflexión que nos da Aristóteles nos invita a reconsiderar una verdad a menudo olvidada: no es suficiente con impartir habilidades técnicas o transmitir conocimientos. El verdadero liderazgo surge de la armoniosa integración entre la mente y el corazón.

Para quienes nos hemos desarrollado en el sector de ventas, sabemos que trabajamos con sueños, protección y bienestar familiar, de ahí que la educación del corazón se vuelve aún más crucial. Lo cierto es que tenemos que tener presente que no estamos simplemente formando vendedores, estamos desarrollando guías, modelos a seguir y compañeros de vida.

Simon Sinek, en su obra “Start With Why”, enfatiza:

Los grandes líderes inspiran a la acción no desde lo que hacen, sino desde por qué lo hacen.”

Pero no solo el sector de ventas debe de poner atención en algo tan importante, cualquier sector de servicio al cliente debe de entender que el “por qué” debe ser profundo, auténtico y cargado de emoción. Liderar con el corazón implica cultivar la empatía, la ética, los valores sólidos, la compasión y una profunda vocación de servicio.

Daniel Goleman, pionero en el concepto de inteligencia emocional, lo explica de manera magistral:

Si tus habilidades emocionales no están bajo tu control, si careces de autoconciencia, si eres incapaz de gestionar tus emociones angustiantes, si no puedes practicar la empatía y construir relaciones efectivas, entonces no importa cuán inteligente seas, no llegarás muy lejos.”

¿Cómo empezar? Pt 1

Durante mi práctica como desarrollador de equipos de ventas de alto rendimiento he desarrollado una serie de acciones prácticas con las cuales puedes iniciar. Por ejemplo, puedes agendar una reunión individual con cada miembro de tu equipo esta semana (y de forma regular durante las próximas semanas)

La clave está en formular preguntas que no se centren únicamente en lo profesional, sino que indaguen en los motivos internos, sueños personales y propósitos vitales. Esas conversaciones construyen confianza, sentido de pertenencia y conexión emocional.

Diagnóstico personal: 

  • ¿Qué te llevó a entrar a esta industria? 
  • ¿Qué buscabas cuando comenzaste?
  • ¿Ya encontraste eso que buscabas? o ¿Que consideras que necesitas para conseguirlo?
  • ¿Qué es lo que más disfrutas de tu trabajo?
  • ¿Qué parte de las funciones que realizas te hace sentir más útil o satisfecho?

Propósito y motivaciones internas

  • ¿Cuál es tu motivación… más allá del dinero?
  • ¿Qué parte del trabajo que haces, conecta con tus valores personales?
  • ¿Hay alguna causa, persona o historia que te hubiese marcado?

Visión de futuro:

  • ¿Cómo te gustaría que fuera tu vida en 3 años?
  • ¿Cuáles son tus objetivos a cumplir durante los próximos doce meses?
  • ¿Hay algo que te apasiona, pero que aún no has desarrollado dentro del trabajo?
  • ¿Qué logros personales o profesionales te harían sentir que todo valió la pena?

Relación con el equipo de trabajo:

  • ¿Cómo te sientes dentro del equipo? ¿Qué te gustaría cambiar o mejorar?
  • ¿Sientes que tus ideas son valoradas? 
  • ¿Qué tipo de liderazgo necesitas hoy en tu camino?
  • ¿Qué podríamos hacer como equipo para ayudarte a crecer más rápido o con mayor propósito?

Desarrollo personal y liderazgo futuro

  • ¿Te ves liderando un equipo de trabajo en algún momento? ¿Qué necesitarías para prepararte para hacerlo?
  • ¿Qué habilidades te gustaría desarrollar para lograrlo?
  • ¿Cuál ha sido tu mayor aprendizaje en los últimos meses?
  • Si hoy fueras tú quien guiara a alguien nuevo, ¿qué enseñanza le compartirías primero?

Cierre:

  • ¿Qué te haría sentir verdaderamente feliz y pleno este año?
  • ¿Qué harías si supieras que no puedes fallar?
  • ¿Qué necesitas de mí para que este año sea inolvidable para ti?

Puedes usar estas preguntas como parte de una conversación “1 a 1”. Hazlo en un espacio neutral, sin prisas, como una charla casual, puedes usar una libreta o grabadora (si la persona lo permite), como parte de un proyecto de cultura organizacional basada en el propósito, es muy importante que no se sienta incómodo, examinado o juzgado, pues no hay respuestas correctas o incorrectas y mucho menos sienta que dé las respuestas que brinde dependa su continuidad laboral.

¿Por qué formar líderes (y no solo seguidores)?

  1. Multiplicas tu impacto

Un equipo que depende excesivamente de ti te convierte en un cuello de botella, limitando el crecimiento y la innovación, además que dispersa tu atención de lo verdaderamente importante. Por el contrario, un equipo compuesto por líderes empoderados puede actuar, innovar y tomar decisiones acertadas incluso en tu ausencia.

Rosalynn Carter, ex primera dama de los Estados Unidos,  lo expresó de manera elocuente:

Un buen líder lleva a las personas adonde quieren ir. Un gran líder las lleva adonde deben estar.”

Formar líderes implica preparar a otros para tomar decisiones difíciles, mantener la cultura organizacional y promover el crecimiento con criterio propio.

  1. Ganas escalabilidad sostenible

Como afirma Liz Wiseman presidenta de The Wiseman Group en “Multipliers”:

Los líderes que desarrollan líderes no solo expanden su influencia, sino que multiplican la inteligencia colectiva del equipo.”

Esto significa que puedes crecer sin sentirte abrumado. Tu estructura se vuelve más fuerte, resiliente y autónoma.

  1. Construyes una cultura sólida

Los líderes formados por ti llevan tu visión más allá de tus límites. Cuando tus principios se convierten en los valores compartidos del equipo, se crea una cultura perdurable y vibrante.

Como señala el escritor Simon Sinek:

Cuando las personas trabajan en un entorno donde se sienten seguras y valoradas, dan lo mejor de sí mismas.

  1. Fomentas compromiso real

Cuando confías en alguien lo suficiente como para enseñarle a liderar, estás transmitiendo un poderoso mensaje de fe y creencia en su potencial. Esta confianza engendra compromiso, lealtad y un profundo sentido de pertenencia.

¿Cómo empezar? Pt. 2

Identifica hoy a tres personas en tu equipo que podrían tener potencial de liderazgo. Habla con ellas y exprésales tu confianza en sus capacidades y pregúntales: 

“¿Qué proyecto o iniciativa les gustaría liderar en los próximos 30 días?”

El líder desarrollador: perfil, mentalidad y habilidades

Formar líderes requiere transformarse en un tipo de líder diferente al tradicional. El liderazgo desarrollador se basa en cinco pilares fundamentales:

  1. Visión de futuro, no de control

Estos líderes no buscan seguidores obedientes, sino mentes que cuestionen, innoven y evolucionen. 

Según Peter Senge en “La Quinta Disciplina”: “El liderazgo no se trata de crear seguidores, sino de crear más líderes.

  1. Escucha transformadora

Escuchar no es simplemente esperar tu turno para hablar, es crear un espacio seguro y abierto para que otros se expresen. 

  1. Feedback continuo y valiente

La retroalimentación no es crítica destructiva, es un valioso regalo para el crecimiento. Un líder formador no oculta los errores, los transforma en oportunidades de aprendizaje y desarrollo.

  1. Humildad radical

Liderar desde la humildad implica reconocer que tu función no es ser indispensable, sino prescindible. Un gran líder se alegra genuinamente cuando ya no lo necesitan.

Jim Collins, en su libro “Good to Great”, habla del “Nivel 5 del Liderazgo”, el nivel más alto, caracterizado por la combinación de humildad personal y voluntad profesional:

Los líderes de nivel 5 son ambiciosos, pero su ambición está dirigida primero a la organización y no a ellos mismos.”

  1. Generosidad del conocimiento

Formar líderes implica compartirlo todo: tu tiempo, tus aprendizajes, tus errores, tus secretos. Enseñar para que ellos también puedan enseñar. 

Robin Sharma lo resume así: “Los verdaderos líderes no crean seguidores, crean más líderes.”

¿Cómo empezar? Pt. 3

Realiza una reflexión personal y pregúntate: “¿Cuánto conocimiento exclusivo he compartido este mes con alguien más? ¿Estoy formando o estoy reteniendo poder?”

Test: ¿Qué tipo de líder eres tú?

Responde con sinceridad:

  1. (   ) ¿Tu equipo necesita tu aprobación para cada decisión?
  2. (   ) ¿Quién podría continuar tu trabajo si faltaras una semana?
  3. (   ) ¿Existe alguien en tu equipo con quien tengas conversaciones sobre su futuro como líder?
  4. (   ) ¿Inviertes tiempo real en el desarrollo individual de los demás?
  5. (   ) ¿Sientes orgullo cuando alguien lidera mejor que tú?

Luego, comparte el ejercicio con tu equipo de confianza y pide retroalimentación sobre tu estilo de liderazgo. Abre la puerta al cambio.

Transformar desde la autonomía

Javier dirigía una oficina con 18 agentes. Cada reunión era dirigida por él. Cada decisión, corregida por él. Cuando comenzaron a trabajar juntos, identificó a tres personas con potencial de liderazgo e inició un proceso de delegación con coaching y apoyo técnico.

Seis meses después, dos de ellos dirigían entrenamientos semanales y uno lideraba el reclutamiento y otro el desarrollo. Javier recuperó su enfoque estratégico y su equipo ganó autonomía. La rotación disminuyó un 90%.

Según la consultora estrategica global McKinsey, los equipos con líderes empoderadores logran un 33% más de retención y un 27% más de productividad.

El efecto dominó de un liderazgo formador

Más recientemente, me pasó algo aún más directo. Un colega en mi equipo, al que invité a participar como formador en una sesión para nuevos agentes, me confesó al terminar: “Jamás pensé que podría aportar algo de valor a otros… esto me hizo sentir útil.

Ese momento cambió su actitud para siempre. Empezó a ofrecerse como mentor para los nuevos y a proponer ideas de mejora. Solo necesitaba una oportunidad para brillar y alguien que creyera en él.

¿Cómo empezar? Pt. 4:

Identifica un área donde hoy tomas todas las decisiones. Esta semana, transfiere esa responsabilidad a otra persona y dale guía, pero sobre todo confianza.

Al final del día, todos dejamos una marca. Algunos dejan instrucciones; otros, inspiración. Algunos construyen estructuras; otros, personas. El verdadero legado no se mide en ventas ni en jerarquías, sino en cuántos líderes florecieron gracias a tu confianza, a tu guía… a tu ejemplo.

Porque liderar no es acumular poder. Es multiplicar propósito. No es ser imprescindible. Es hacerte prescindible… con orgullo.

¿Estás listo para crear tu propio legado?

Liderar no es una posición. Es una acción constante. Y la mejor acción que puedes tomar hoy es formar a otros para que mañana puedan liderar sin ti.

Si este artículo resonó contigo y estás listo para formar o consolidar un equipo de alto desempeño, me encantaría acompañarte.

  • Sesiones de mentoría personalizadas:

Para líderes que desean construir una estructura de ventas sólida, desarrollar equipos proactivos y multiplicar sus resultados sin agotarse.

  • Taller intensivo “Formación de Líderes”:

Un programa práctico y transformador para quienes desean crear una red de liderazgo real y escalable dentro de su organización.

Escríbeme directamente o agenda una reunión.


Porque el verdadero liderazgo se mide no por cuántos te siguen, sino por cuántos son capaces de liderar gracias a ti”.

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